Por Álex Medina
En Kawasaki se sigue apostando por su familia Ninja y luchando por mantener el control en el mundial de Superbike. Tres son las versiones de Ninja ZX-10 de la casa de Akashi que se sirven actualmente. La ZX-10R estándar, una versión más racing (ZX-10RR) y la versión ST. Todas ellas reflejan la filosofía del campeonato del mundo para motos derivadas de serie, incorporando la más alta tecnología. En su última versión, lo más novedoso se encuentra en el interior de la culata, en un vistoso color rojo.
Se trata de un nuevo sistema de actuación de las válvulas por balancín por el que se reduce la masa en un 20%. Este sistema facilita el poder montar las levas con un perfil más agresivo. Los balancines, que sustituyen a los más clásicos empujadores, incorporan un recubrimiento DLC que augura un menor desgaste. La culata esta ahora preparada para poder montar el árbol de levas heredado directamente de la experiencia de Kawasaki en competición.

Esta nueva culata, junto a las bielas de titanio (versión RR), que son 102 gramos más ligeras que las anteriores, son las grandes novedades de este año. Estas bielas están fabricadas por Pankl, una empresa que curiosamente está bajo el paraguas de KTM.
Otro aspecto importante es la incorporación de un cambio semiautomático. Este cambio, tipo quick shifter, se adoptó por vez primera en la versión RR del 2017, pero no en la versión base.
Lógicamente también se ha trabajado tanto en la electrónica como en la parte ciclo. Así, vemos como la ECU trabaja directamente sobre la Unidad de Medida Inercial (IMU) para analizar cientos de parámetros. No faltan, además del citado cambio semiautomático, un launch control, control de tracción con cinco niveles de actuación (regulable), tres modos de potencia, ABS, un sistema de ayuda en curva denominado KCMF y las suspensiones electrónicas que solo se montan en la versión SE.

En lo que respecta a las suspensiones es evidente, tanto a nivel de comportamiento como de resultados deportivos, que la relación con de Kawasaki con Showa, funciona. En este caso, la horquilla delantera con cámara de compresión presurizada se ha adaptado de maravilla a la nueva Ninja. Es de destacar cómo el tren delantero es capaz de transmitir el nivel de grip de cada momento. Y detrás se conserva el mismo monoamortiguador regulable.
Suavidad y potencia
La última versión de la ZX-10 R sorprende por su suavidad y pulmón a medio régimen y su potencia de más de 200 CV; a nivel de sensaciones transmite una gran confianza. La primera impresión sobre la última Ninja es que me encontraba sobre una moto que me resultaba familiar, posiblemente por el hecho de que se conserve el mismo cuadro de instrumentos: muy completo en información pero tal vez un poco desfasado a nivel de diseño.
No tardé mucho en darme cuenta de que es superior a la anterior y no solo en lo que respecta a sus prestaciones, sino que sigue siendo una moto suave, armoniosa y que sin tener grandes cambios a nivel de parte ciclo, la experiencia de Kawasaki está muy en presente. Han sabido adaptar la electrónica y puesta a punto de suspensiones a un propulsor que ahora trabaja de forma más desahogada y que tiene un parte alta más explosiva. En bajos y medios parece discreta, pero es endiabladamente efectiva y fácil de conducir gracias a una entrega de potencia progresiva y a un buen tacto en general.

La impresión que transmite la última Ninja es de que la zona media es más aprovechable que en versiones anteriores y que en la parte alta, a partir de las 7.500/8.000 rpm., tiene más pegada. Por encima de las 9.000 rpm es una bestia, pero en ningún momento se te escapa de las manos, y a medio régimen el tacto del motor es muy elástico en un propulsor que llega (¡ojo!) hasta las 14.500 rpm. Entrega su potencia con suavidad y, de esta forma, optimiza su rendimiento.
A nivel de parte ciclo es extraordinariamente manejable en los cambios dirección. En las curvas rápidas es muy estable y el amortiguador trasero lee con fidelidad el terreno y, convenientemente regulado, es de lo mejor del mercado.
El freno delantero tiene muy buen tacto y me gusta lo bien que se puede controlar y modular la frenada. A la hora de frenar y sacar marchas en plan agresivo, la moto se mantiene muy estable sin que se aprecien movimientos bruscos. Con respecto al cambio, tengo que señalar que este sistema semiautomático tiene buen tacto tanto subiendo como bajando marchas y funciona con precisión tanto a bajas vueltas como en la zona alta. En este sentido, en la última versión se ha dado un gran paso adelante.
En condiciones difíciles
Tuve oportunidad de probar la moto en seco y también en mojado. Con la pista mojada subimos el control de tracción hasta el nivel 4 (tiene 5) y conservé el ABS delante y detrás. La verdad es que me sentí muy cómodo en condiciones difíciles, no tuve ningún susto ni sensaciones extrañas más allá de que la rueda delantera flotaba un poquito. El tren delantero no acababa de apoyar en agua especialmente en las aceleraciones violentas.
Para compensar ese efecto de flotabilidad en la recta, en las curvas traté de compensarlo trabajando con las piernas. Es decir apoyando con fuerza en la estribera en las aceleraciones a la salida de las curvas y, sinceramente, funcionó y pude, entre otras cosas, disfrutar de una moto en la que la electrónica esta al más alto nivel y te permite conducir con gran seguridad incluso en condiciones extremas.
En definitiva, tras probar la última Ninja, nos quedó claro que a pesar de la fuerte competencia, en Kawasaki siguen trabajando duro por ofrecer la Superbike más competitiva del mercado.
Y de que la reacción de Kawasaki, comercializando una versión que gana 600 rpm con respecto a la anterior, es una clara demostración de su interés por seguir dominando en Superbike a pesar de las limitaciones reglamentarias del 2018 (límite de rpm) que no impidieron que Rea consiguiera su cuarto campeonato del mundo consecutivo.
NOVEDADES: Las novedades de la versión 2019 están en la parte alta del propulsor, se ganan 600 rpm y llegan las bielas de titanio en la versión ZX-10RR.
LA CLAVE: En Kawasaki han sabido adaptar la parte ciclo a las necesidades de un motor con menos inercias que la versión anterior.
COMPORTAMIENTO: La nueva ZX-10 R conserva su facilidad de conducción y precisión, además de una entrega de par gestionable con el puño de gas.