En un lugar ……
Hola, soy Manuela, vivo en Barcelona y soy de Kawasaki desde el día 30.12.2016, día que me fui a un tienda oficial de Kawasaki y me compre una 650 Vulcan S, y la verdad que el comercial no ha tenido que convencerme mucho, tenía muy claro que moto quería.
Desde entonces somos “uña y carne” y disfruto mucho de mis salidas. Hay que decir que me considero “dominguera”, pero con honra. Voy en moto más bien los fines de semana y soy la que disfruta de cada km y la velocidad no es lo que más me importa a la hora de rodar. Además la Vulcan S tampoco es un tipo moto que es para sacar rodilla, ya lo pilláis, verdad.
Después de dos años, este puente de mayo 2018 he hecho mi primer “gran viaje”, unos 1.900km en 4 días.
No está mal para una Dominguera, verdad, y aquí la historia:
Cuando me compre la moto, me apunte a varios grupos de moteros. También a la comunidad Kawasaki. Con ellos me hacia la idea, que es rodar en grupo. Cada grupo, cada ruta tiene su estilo. Conocí a mucha gente, de ellos unos cuantos ahora son buenos amigos.
Y en navidades salió el tema de hacer un viaje a Cantabria. Teníamos todo planificado, pero el mal tiempo nos obligo en anular la salida, pero se pudo hacer un Plan B => ir a ver Don Quijote. Así que en menos de 36 horas se cambiaron hoteles y las rutas y el sábado 28 íbamos a salir para a la Mancha.
Unos días antes lleve la moto a la revisión obligatoria, la de los 12.000 km, que además ya me iba niquelado para tener la moto mas que preparada para mi gran aventura.
Aventura, nunca mejor dicho.
El viernes iba a cargar la moto, con la gran sorpresa, que tenia la rueda trasera pinchada. Se me paro el corazón por 3 segundos. Un pinchazo a las 18 de la tarde de un viernes, ya no me voy de viaje.
Gracias a un vecino, que tiene un amigo que trabaja en un taller de motos, pude arreglar el pinchazo y salir el día siguiente como previsto. Me esperaron y fui la última clienta este viernes.
Con la moto bien preparada, sus maletas rígidas llenas de mis trastos, el kit de lluvia no falto tampoco, el sábado salimos para la Mancha bien prontito destino Torrebaja, unos 600km desde Barcelona.
El viaje ha sido agradable, paramos mucho ya que un compañero con una deportiva y yo teníamos que repostar. Barcelona hasta Fraga por autovía. Luego ya por las nacionales y carreteras secundarias.
Hicimos pausa en Mezquinenza para un almuerzo, stop para ver Cantavieja , luego pausa para comer en la Ermita de San Lamberto. El viaje fue muy bien, la moto iba suave aunque cargada, no había mucho tráfico y la verdad se me hizo hasta corta. Sobre las 19.30 pm llegamos a Casa Emilio, nuestra casa para dos noches.
El día siguiente nuestro destino era El Toboso. A los 20 min de salir empezó a llover. Menos mal que íbamos preparados, así que a ponerse el chubasquero. Pillamos hasta agua nieve, a 3 grados bajo la temperatura, pero seguimos nuestro camino.
Alguno que otro se mojo y hicimos pausa para calentarnos en la chimenea y de paso comernos un buen bocata. Menos mal que dejo de llover y pudimos disfrutar de las carreteras largas y rectas que parecían no tener fin. Para no aburrirnos, también sufrimos un poco de viento ya en la Mancha. La inclinación de las motos era importante pero llevable. Nada nos iba a parar para llegar a El toboso.
Como a nuestro “Cap de ruta” le gusta la aventura, hemos cogido algún que otro camino de tractor como los llamo yo, había mas baches que asfalto, a uno se le soltaron hasta los fusibles. Menos mal que mi suspensión es blanda y no he sufrido nada de dolores de espalda. Entre cabras, tractores, vacas y algún pueblo nos cercábamos a nuestro destino.
Ya entrando a la mancha, un paisaje encantador, los nubarrones, los campos de vino y trigo. Yo que soy un poco de postureo, lo reconozco, pues no pude desaprovechar y hacer unas cuantas fotos. (Pensando también en el hashtag #KawaFans para compartir después con la comunidad Kawasaki las fotos de mi Kawasaki).
Llegamos a El Toboso. Don Quijote y Dulcinea esperándonos en la plaza.
Nos quedamos a comer y de allí rumbo Campo de Criptana, valle de los molinos. Aquí la foto no podría faltar tampoco.
Y de allí directo vuelta a Torrebaja. Nos esperaba un medio largo camino, y lo malo era que la lluvia nos pillo otra vez. No teníamos perdón este día, el mal tiempo nos perseguía.
Esta vez de noche, la verdad que no sé cómo pude conducir casi una hora a ciegas, la carretera parecía una río, éramos los únicos , de noche en medio de la nada, pero la seguridad que me daba la moto y no pasando de la tercera para usar el frenomotor, llegamos unos mas mojados que otros de vuelta a Torrebaja.
Al ser mujer, la verdad que todos mis compañeros me felicitaron, con *dos ovarios* me decían. Que de dominguera nada, que yo soy una motera de los pies a la cabeza. Con una sopa castellana se arregla el frío y el largo camino de vuelta, la cama directo y el día siguiente más km y lugares a descubrir.
Tocaba cargar de nuevo la moto con las maletas, no íbamos a Zaragoza, nuestro siguiente destino final. Hicimos visita a Albarracín, un pueblo con encanto. Pudimos callejear un poco y tomarnos un café antes de seguir.
Y de allí nos íbamos a Frasno, a ver la amiga de infancia de una amiga del grupo y de paso a quedarnos a Zaragoza a la tarde. Directos al hotel para dejar las motos bien aguardadas en el parking del hotel, dejar los trastos y pasearnos por el Pilar y después por la calle del tubo y tapear.
Al día siguiente, antes de volver a casa, visita rápida a la Pilarica. Y ya por el tema retorno puente, optamos por la vía mas rápida para Barcelona, autovía hasta Lleida y luego nacional.
Comer. Hoy no hacía falta chubasquero, que contentos todos.
Llegamos a casa 1.900km después, llego entera y contenta, eso si, la rueda trasera ya finito / hay que cambiarla. Aparte de que se ha quedado como cuadrada ( jajaja ) el desgaste del perfil también es evidente.
Y yo muy contenta de poder haber hecho esta salida tan aventurera y con ganas de planificar la siguiente.
Por Manuela Jankowicz