Cuando un día te llaman para un shooting, de una prestigiosa firma de ropa de moto, piensas que vas a testar, monos de cuero, kevlar, carbono y novedosos componentes, sobre un misil de infinidad de caballos y asistencias electrónicas, hasta que llegas al lugar en concreto, 72 Cycles Performance, y te encuentras entre motos de los años 80, actualizadas, modificadas con mimo y que emanan carácter. Tenemos ante nosotros una Café Racer.
Lo primero que llama la atención es la personalidad de la moto, una pequeña cúpula, con un único velocímetro multifunción, que aporta únicamente la información imprescindible. Si te separas para tomar perspectiva de la preciosa máquina, verás que alberga un pequeño motor tetracilíndrico en línea, habitual en motos deportivas de la época, con filtros de admisión directa, que alimentan la batería de cuatro carburadores, unas suspensiones cortas, un depósito que se funde con las líneas de la moto, un pequeño asiento, que termina en un piloto de LED. Por un momento piensas que es espartana, pero cuanto más la miras, más atrae. Neumáticos mixtos, llantas lenticulares, escapes cromados que siguen la línea general de la moto. Nos subimos y encontramos acto seguido, a nuestro alcance, unos cortos pero abiertos semimanillares de aluminio, están a la distancia perfecta, estriberas ligeramente atrasadas…
¡Vamos a encenderla! La primera pregunta que todos nos haríamos es, ¿Dónde está el encendido? En ese momento, es cuando amablemente nos explican que todo el sistema eléctrico está modificado y actualizado, de tal manera que el botón de arranque se encuentra bajo el asiento, lejos de curiosas miradas y dejando así los semimanillares libres de botones y cables. Imprescindible, para una moto de los 80, tirar del aire, pulsar el botón de arranque y, los cuatro cilindros comienzan a ronronear, con fuerza, y de una forma inquietante.
Apretamos el embrague, ahora hidráulico, metemos primera y el motor ya nos pide gas al instante. No hay nada como subir de vueltas una máquina así, cuatro pequeños pistones de 100 cc cada uno, parecen no tener fin, pasas las 8.000 vueltas sin baches, sin agujeros de potencia, sólo necesita que la dejemos correr…
Es una máquina de tan sólo son 50 CV, pero la aligeración de peso llevada a cabo por su creador, hasta los 170 Kg, la hacen un conjunto muy divertido, pequeño, y muy manejable. Todo ello logra que nos sintamos muy integrados en la moto, todo parece estar en su justo lugar, el freno delantero con nueva bomba, latiguillos metálicos y sistema Anti Diving de la horquilla, es sorprendente, la moto se detiene casi por instinto con dos dedos de presión, y la horquilla se mantiene firme, al evitar el hundimiento de la misma (Antonio Schefle – 72 Cycles Performance, su creador, nos comentó que en esos años se puso de moda, hacer horquillas antihundimiento. Al frenar, metían liquido de freno en una pequeña cámara dentro de la horquilla, para evitar que se hundiera, y así no perder la geometría de la moto en frenadas fuertes).
Ante una moto como esta, o mejor dicho, obra de arte, no podemos ir buscando límites. Pero, probado queda que el conjunto se mueve con soltura en carretera, el chasis modificado se siente rígido, los frenos frenan, el cambio es muy suave, la posición de conducción resulta más cómoda de lo que al principio, por su estética, parecía.
Es una máquina que no tiene que demostrar nada, porque es única en su especie. Si paramos en un semáforo, rápidamente nos convertimos en el centro de atención, olvídate de usarla si buscas discreción, esta moto tiene y está construida para gente con carácter, que sabe lo que quiere y no le importa demostrarlo…
Ahora, te toca subirte a ti, te toca serpentear con ella por una carretera de montaña, pasearla por un boulevard…
Moto Base, Kawasaki GPZ 400 de 1989.
Modificaciones:
– Neumaticos Continental TC80
– Tapas de LLantas, de acero Inox, hechas a medida
– Suspensión delantera rebajada 6 cms con muelles reforzados
– Semimanillares de aluminio CNC
– acelerador rápido AMAL
– Bomba de freno en aluminio regulable
– Latiguilos metálicos.
– Embrague convertido a hidraulico, con bomba regulable
– Faro delantero tipo Bates
– Cupulino modificado
– Velocimetro MMB multifunción
– Deposito Kawasaki KZ 400, adaptado.
– Bateria de litio Bosch, oculta
– Sistema de encendido y arranque, bajo el asiento
– Piloto trasero tipo Bates, con LED
– Filtros de aire de admisión directa.
– Suspensión trasera rebajada 4 cms.
– Subchasis modificado, recortado 30 cms, soldado con sistema TIG.
– Soporte de matricula handmade
– SE ha reducido en más de 25 Kg, el peso de la moto
– Velocidad máxima 183 Km/h.
– Moto homologada para circular por la vía publica
Fotografía:
-Simone de Ranieri
-Mario Rodrigo Martín