En la última edición del Dakar el piloto chileno Patricio Cabrera logró acabar la prueba más dura del mundo a los mandos de una Kawasaki KLX 450 demostrando la fiabilidad de una moto con base de Enduro preparada a conciencia para poder disputar la carrera. Ha sido el éxito de un piloto con Kawasaki a pesar de que la marca no se ha involucrado de forma oficial en la considerada la prueba más dura del mundo.
En realidad Kawasaki ha estado en el Dakar en otras ocasiones y siempre desde un equipo privado o apoyado por algún importador, ha demostrado a lo largo de la historia del Dakar la robustez de sus motocicletas.
Un poco de historia
La edición de 1988 que pasó con éxito por Barcelona, la denominada Paris-Barcelona-Dakar, la inscripción fue de 603 equipos participantes entre coches motos y camiones y entre las 183 motocvicletas (!que locura!) que prentendian recorrer los 12.874 km. de recorrido, llegaron 60. Y entre ellas no estaba ninguna de las Kawasaki KLR 650 de los franceses completamentte amateurs: Roquet, Metz, Leloup y Vladikine.
En el Salón de Colonia de 1990 se presentó oficialmente la Kawasaki KLE 500 y solo un año más tarde el piloto italiano Walter Surini debutó en el Dakar consiguiendo acabar la carrera con su KLE prácticamente de serie. Al año siguiente el proyecto liderado por Kawasaki Italia fue más ambicioso puesto que inscribieron dos KLE 500, una para Surini y la otra para Maletti, con la intención de hacer un buen resultado en la categoría para motos de producción. También destaco Charbonnel al acabar el 24ª con una KLE, en la edición Paris-Tripoli-Dakar en unma edición con 113 motocicleta en la salida.
Es así como las KLE tomaron parte en la edición de 1992 en la que el Dakar disputado en África, llegó hasta Ciudad del Cabo. Una edición diferente que no se volveria a repetir puesto que al año siguiente ya se volvió a la versión original de la carrera que finalizaba en Dakar. En esta edición de 1992 que lideraba Gilbert Sabine y que tuvo muchos problemas además de la desgraciada muerte de Gilles Lalay, tomaron parte 98 motocicletas.
La KLE de los italianos equipaba el motor bicilindrico de 499 c.c. con doble árbol de levas y cuatro válvulas por cilindro con chasis y suspensiones de serie. Lógicamente se montaron depósitos de gasolina con más capacidad (56 litros), pero las motos eran realmente muy básicas y de gran producción. Acabaron 19º y 20º de la general y 4º y 5º en la categoría Marathon.
La KLX-R de Alvaro Bultó y Xavi Riba
En 1994 el Dakar cambio de propietarios y la prueba pasó a se propiedad del grupo ASO que entre otras cosas tenía y sigue teniendo, eventos deportivos como el propio Dakar o el Tour de France.
El recorrido fue un experimento que no funcionó puesto que la carrera salió de Paris para llegar a Dakar y luego volver a Paris. Es decir una Paris-Dakar-Paris con 13.379 kilómetros de recorrido al que se apuntaron 96 motocicletas. Entre ellas las Kawasaki del inolvidable Alvaro Bultó, un tío simpático y deportista que se estrenó en el Dakar después de pasar por diversas modalidades y el incombustible Xavi Riba. Riba tenia mucha experiencia en la prueba puesto que había participado en ella en seis ocasiones antes de debutar con las Kawasaki.
Hijo del fundador de Bultaco F.X. Bultó y piloto de motocross en sus inicios, Alvaro fue el mejor debutante en el Dakar de aquel lejano 1994. El glamuroso Bultó que se hizo famoso entre otras historias por sus programas en TVE, fue habitual en los rallyes de asfalto, una especialidad que ha desaparecido y donde llegó a ser sub campeón de España junto a su hermano Ignacio. También destacó como velocista y piloto de Supermotard, antes de abandonar la competición motociclista después del Dakar (volvió en coche) y centrarse en otros retos como los vuelos o caída libre. En el 2005 con su traje de alas (wingfly) empezó a volar alto: cruce del Estrecho de Gibraltar en Caída Libre y una velocidad media horizontal…!208 Km/h!. Desgraciadamente sufrió un accidente que le costó la vida en agosto del 2013.
Cuando en 1994 Alvaro Bultó y Xavi Riba fueron al Dakar con sus Kawasaki, la marca era importada por Derbi Nacional Motor que les cedió dos KLX 650-R que se prepararon a conciencia para la gran aventura africana. Las Kawasaki KLX 650 en versión R rendían 48 cv de potencia a 6.500 rpm y equipaban un monocilíndrico con doble árbol de levas y refrigeración líquida.
El chasis era un doble viga perimetral en cromo molibdeno heredado de la versión de motocross al que se le tuvieron que hacer algunas modificaciones puesto que el motor de la KLX era más alto. Las suspensiones las preparó Felipe Higuera que era uno de los mejores especialistas de nuestro país y conservando la horquilla Kayaba de serie, se modificaron muelles y aceite conservando los 300 mm. de recorrido. Detrás se montó un amortiguador Ohlins (280 mm). El apartado más laborioso fue el montar los depósitos de gasolina supletorios. Se colocaron dos en la parte delantera buscando situar el peso lo más próximo posible al centro de gravedad para ganar manejabilidad. También se colocaron dos depósitos laterales en la parte trasera. Destacaba una impresionante placa protectora de kevlar y no faltaba un escape del inolvidable Tavi.
La carrera fue una odisea para ambos pilotos, especialmente para Alvaro Bultó, que demostró un gran pundonor y espíritu de sacrificio al llegar a la meta a pesar de que arrastraba una dolorosa lesión en una mano, fruto de un accidente en moto de agua.
Ambos acabaron. Riba el 10º y Bultó el 11º después de hacer toda la carrera juntos y demostrar como otros pilotos a lo largo e la historia del Dakar, que con una Kawasaki prácticamente de serie, se podía alcanzar el sueño de acabar la carrera más dura del mundo.
El italiano Maletti repitió su experiencia en este caso sobre una KLX en 1998 acabando el 24º en la edición del Paris-Granada-Dakar. Una edición en la que el piloto “Xicu” Ferrer no acabó la carrera al tener que abandonar su Kawasaki en la etapa Smara-Zouerat.
Y en los últimos tiempos con el Dakar en Sudamérica, otros pilotos han logrado su sueño a los mandos de una Kawasaki, entre los que destaca el chileno Patricio Carrera.
Álex Medina